Más tarde fuimos a una fiesta en un pasillo ( "corridor party") en el edificio de enfrente, en la propia residencia. Creo que es lo más parecido que he estado a las fiestas universitarias americanas. Un pasillo entero de fiesta con todas las habitaciones abiertas cada una con música, gente bebiendo o jugando a juegos tipo "beso, atrevimiento, verdad", del que sin quererlo participé porque un indio me pidió si me podía dar un beso (of course, en la mejilla) y se empezó a reir todo el pasillo cuando me lo dió... Amigas morenas, aquí somos exóticas! Por normalitas que seamos. Así que ya sabeis a qué país hay que venir. Una vez asentados en una habitación los integrantes de la mexican party, vino un sueco, haciéndose llamar John Lennon y
con más alcohol que plasma, y como si fuera un animador nos puso a bailar en trenecito (puede sonar estúpido, pero era un tipo divertidísimo!) No sé cómo, acabé hablando con él lo que quedaba de noche. Una conversación súper interesante sobre lugares del mundo e intereses personales impensable en una noche de fiesta en Madrid. Reconozco que Lennon me cautivó. En serio, creo que en España vivimos obsesionados con el sexo. Aunque no lo pensemos salimos por y para ligar, o siempre hay esa tensión en el aire. Aquí, por lo que he visto, que es muy poco, tengo la sensación de que pretenden pasárselo genial con amigos y conocidos y beberse el mundo, por supuesto. Pero no van en plan ligoteo quinceañero ( y vaya tiarrón, chicas... jaja) Y no hago esta afirmación únicamente por mi difunto Beatle. Cuando todo el mundo que yo conocía se disponía a irse de la habitación, y yo iba a hacer lo propio, de nuevo se transformó en animador, hizo su numerito y se fue.
Ayer, sábado, salí con los españoles. Ya salí con ellos un ratillo el miércoles a hacer botellón (exportando costumbres absurdas en un gélido país en el que hasta los suecos beben en las casas). Y no es que me lo pase mal, sino que es más de lo mismo. En general son majos, por supuesto, unos más que otros. Vuelve la burra al trigo (el borrico a la acequia...) con beber hasta el coma y flirtear hasta las mil... (lo acabaré echando de menos!) Aunque yo me volví pronto. Me acercó Víctor a la residencia en bici, que él vive cerca. Yo aún no tengo ni bici, ni móvil, y mis paredes están en blanco. Bueno, poco a poco... El miércoles empiezo las clases.
Que tengais buena semana!!